El despertar de la energía femenina
- sincroniahumana
- 10 mar 2017
- 2 Min. de lectura

Aun en esta época seguimos viviendo una civilización esencialmente desde el masculino, es avasallante, cruel y pisotea constantemente el femenino. No es una cuestión de hombres o mujeres, pues en textos anteriores y en todos nuestros talleres de Tantra, Reiki y Sincronía, hemos enfatizado que es algo energético, es la manifestación del Yin (asociado a las características del femenino) y Yang (asociado a lo masculino).
El masculino ha doblegado durante mucho tiempo al femenino y ahora le impulsa desde su esencia a la “liberación”, pero dada en las características de lo masculino para seguir su dominio, impulsando no solo un mensaje distorsionado sino también unos resultados que generan un mayor desbalance.
El mensaje enviado está dirigido básicamente al género femenino, es decir a las mujeres (aquí cabe una acotación, es diferente “género femenino” a “energía femenina”), impulsándoles a ser competitivas, a ser agresivas, a tomar acción, a aplicar la fuerza en cada acto de su vida… todas las características anteriores y muchas más que no menciono, son propias de la energía masculina.
Muchas personas que se consideran feministas lo que hacen es impulsar la energía masculina en el género femenino, donde lo que se debería buscar es algo diferente. El objetivo es equilibrar energía masculina y femenina, donde ambas fluyan e interactúen de manera sincrónica, donde ninguna domine a la otra.
Es necesario tanto en hombres como en mujeres (hablando desde el género), que haya fuerza y sentimiento, calor y frio, acción y pensamiento, actividad y pasividad, decisión y análisis, dar y recibir… un constante fluir entre lo masculino y lo femenino, una conexión desde el alma entre todos para un constante proceso creativo.
En este punto se hace fundamental el despertar de la energía vital creadora (energía Kundalini), el despertar la conciencia de nuestra energía sexual, no como genitalidad sino como lo que es “pura manifestación de energía”.
La acción es respirar, mirar a los ojos al otro, hablar desde el corazón, abrazar con el alma y con el cuerpo, generar empatía, recibir con los brazos abiertos lo que el universo tiene para nosotros, impulsar la calma y sentir cada movimiento de la existencia… esto entre muchas cosas más, es fortalecer y despertar la energía femenina… Namasté.
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